sábado, 25 de octubre de 2014

Pais del Diablo



Pais del Diablo


Por más de cien años en la zona sur de la provincia de Buenos Aires se señalaba como el País del Diablo. Esta zona abarcaba desde las sierras de Tandil, en ese momento llamadas del Volcán hasta las sierras de Ventana, llamadas Cashuatí.

 La primera referencia cartográfica aparece en el libro del sacerdote jesuita inglés Thomas Falkner que en su libro “Descripción de la Patagonia y de las partes adyacentes de la América Meridional” editado en 1774 dice:
 
El país entre las primeras montañas y el Casuhati es llano y abierto, y los indios tardan comúnmente 
cuatro días en pasarlo, cuando viajan sin tiendas de campaña. Los Chechehets, que viajan hasta el río 
Colorado, vaya directamente de la Vuulcan, más cerca de la costa, y pasan entre el Casuhati y el mar, 
cerca de quince leguas al este de la montaña, y tanto desde el mar hacia el oeste; que puedan evitar un 
vasto, desierto de arena, llamado Huecuvu Mapu o País del Diablo; donde ellos y sus familias pueden 
sentirse abrumados, si se presenta un viento en el momento que están pasando por encima.”
 
  Kitchin, Th (Detalle) / 1774

En éste párrafo observamos dos cuestiones, la primera el nombre del Huecuvu mapuche vinculado al Diablo europeo y por otro lado la presencia de “un viento” soplando sobre ese desierto.

 Vayamos a la primera cuestión: ¿Que se entiende como Huecuvu?
 A veces se lo confunde con el Gualicho o Walichu y aunque tiene alguna relación que lo identifica con la adversidad, éste sería “el mal” y el Huecuvu, el malo. El Gualichu, en suma comprende el concepto de enfermedad y parte de la confusión, también, es que al decir de los tehuelche septentrionales éste se habría originado en las sierras de Tandil que según una leyenda mapuche se trataría del hermano de Chachao y que con su soplo dio vida a las criaturas de barro creadas por el dios.  

Chamouin, J. B. / 1813

 Pero volviendo a Huekuvu… la leyenda dice:
Cuentan los ancianos que al comienzo de los tiempos Antu decidió tomar una mujer como esposa.
Las wangulén deseaban serlo pues él era el más resplandeciente de los antiguos pillán. Antu se decidió por Kuyén, la más luminosa de todas. Ella aceptó feliz pero muchas quedaron decepcionadas y descontentas.
Las wangulén despechadas criticaron con palabras duras y malvadas la elección de Antu, al comienzo en voz baja y entre ellas, pronto la efervescencia creció animadas por algunos pillán.
Peripillán era el que creaba más desorden en el Wenu Mapu [mundo del bien], el es un espíritu muy luminoso y poderoso de color rojo como el fuego que incendia y transforma todo en brasa, como la sangre que da la vida.
Siempre había disputas entre Antu y Peripillán, que comprometían las luces y colores del Wenu Mapu; Peripillán envidiaba el color oro de Antu porque la llama no logra ennegrecerlo, y Antu el de su rival porque la llama reluce más que el oro en la oscuridad.
La armonía se había roto, lo que antes era un arco iris donde cada color tenía su justo lugar, era ahora un caleidoscopio desordenado. Esto no estaba en consonancia con el admapu [conjunto de tradiciones].
La consecuencia fue que los dos pillán se enfrentaron con todas sus fuerzas, los demás tomaron partido formándose dos bandos.
Muchos pillán y casi todas las wangulén estuvieron del lado de Peripillán. La lucha fue larga y violenta, el mapu [la tierra] fue sacudida, también Minche Mapu [inframundo] y el Ankawenu [espacio entre la tierra y el cielo].
La lucha se extendía, los hijos de los espíritus antiguos ya eran mayores, y deseosos de ocupar el lugar de sus padres lucharon contra ellos.
Antu y Peripillán, enfurecidos agarraron a los hijos, que eran gigantes de sus cabelleras y los arrojaron hacia abajo, cayendo entre las nubes sobre la pedregosa tierra. Uno cayó del lado puelmapu [Este] donde hoy está el lago Lácar, y otro en el lafkenmapu [Oeste].
Sus macizos cuerpos al caer formaron grandes montañas, y como se hicieron pedazos, éstos se enterraron profundamente dejando sus huellas en el mapu.
Finalmente Antu fue el triunfador, ciego de ira y sediento de venganza, arrojó a los pillán derrotados al mapu, y los hundió en sus profundidades. Luego levantó piedras, rocas y montañas y las colocó sobre los sepultados, formando grandes cadenas de cerros, como Peripillán era el más poderoso sobre él colocó las rocas más grandes.
Pero todo ello no bastó para apagar la luz de Peripillán, la luz del fuego sigue existiendo, además cuando él o los otros pillanes se revuelcan tratando de salir de su encierro, el mapu entero se sacude con sus movimientos.
A veces sus cuerpos de llamas atraviesan las montañas hasta alcanzar las cumbres más elevadas, y por allí logran sacar un brazo o una mano y resbalan por las laderas como enormes culebras de fuego. Pero todo es inútil, al tiempo se apagan y se convierten en piedra.
Por su parte las wangulén, que con su envidia habían sido la causa inicial del revuelo, lloraban implorando perdón; tanto lloraban y tan numerosas eran, que sus lágrimas llegaron al mapu y empezaron a deslizarse por las montañas que cubrían los cuerpos de los pillanes, formando grandes lagos. Cuando las lágrimas cayeron en las cumbres más elevadas de las montañas, el frío las transformó en hielos eternos.
Conmovido por esta actitud, Antu decidió como castigo menor apagarle gran parte de la luz que poseían, ahora su relumbrar era pálido y tenue, y Kuyén no tiene rivales cuando Antu se oculta detrás de aquellos lugares que están más allá de donde termina el mapu.
Entre los cuerpos destrozados que se revolcaban en el mapu estaban también los propios hijos de Antu y Peripillán. Sus respectivas esposas se lamentaban y lloraban sin cesar. Antu decidió entonces que los dos cuerpos volvieran a llenarse de vida, pero no permitió que recuperaran su forma antigua. Así al hijo de Peripillán lo convirtió en una inmensa culebra llamada Kai-Kai Filu, y al propio en otra llamada Ten-Ten. Las dos fueran adversarias como sus padres, se convirtieron en un instrumento para cumplir la voluntad de los espíritus antiguos.
La lucha había revuelto el Minche Mapu y el Ankawenu, así los wekufe y los laftrache [espíritus malignos], antes confinados a la "tierra de abajo", recorren ahora el mapu.
El admapu se había quebrado, consecuentemente el universo no tenía armonía, se vendría el diluvio ...”

 Ésta leyenda habla particularmente de una lucha entre dos fuerzas y a partir de ella un cataclismo que forma las montañas que circundan al Lago Lácar y Lolog. Además Antú, en venganza, encierra a los pillanes rebeldes dentro de los volcanes.
 De esto nos habla la leyenda pero además la circunstancias hacen que los espíritus que habitaban en el Minche Mapu se liberan y suben a la tierra, entre ellos los Wecufe.


Mapas en los que figura la zona denominada como  “Pais del Diablo” desde 1772 / 1893

Kitchin, Th. (1772) [1]; [Huecufu mapu]
López, T. (1772) [2]; [País del Diablo]
Cano y Olmedilla, J. C. (1790) [3]; [País del Diablo]
Cary, J. (1807 / 1816) [4]; [The Devils Country]
De Larrochette, Louis Stanislas d'Arcy & Faden, William (1811) [5]; [Pays del Diablo]
Arrowsmith, A. & Lewis, S. (1812) [6]; [Country of the Dead]
Malte-Brun, C. (1812) [7]; [Pays du Diable]
Chamouin, J. B. M. (1813) [8]; [Pays du Diable]
Delamarche, F. (1819) [9]; [Pays du Diable]
Fielding, L. Jr. (1817  / 1823)[10] ; [Country of the Devil]
Vandermaelen, Ph. (1827) [11]; [Pays du Diable]
Lapie, A. E. & Lapie, M. (1829) [12]; [Pays del Diablo]
Carte de l'Amérique méridionale à l'usage des collèges. (1832) [13]; [Pays del Diablo]
Thomas, Joseph (1835) [14]; [Pays del Diablo]
Monin, C. V. (1837) [15]; [Pays du Diable]
Tardieu, A. (1842) [16]; [Pays du Diable]                           
Tanner, H. S. (1845) [17]; [País del Diablo]
Andriveau-Goujon, J. (1848) [18]; [Pays du Diable]
Barbie du Bocage, J. G. (1850) [19]; [Pays del Diablo]
Kiepert, H. (1855) [20]; [Pays del Diablo]
Brue, A. H. (1857 / 1875) [21]; [País del Diablo]
Letts, Son & Co. (1883) [22]; [Huecuvu mapu]
Romá, J. (1893) [23]; [País del Diablo]


[1]      Kitchin, Thomas / Map of the Southern Parts of America. Londres. (1772). Este mapa aparece en la edición del libro de Th. Folkner de 1774.
[2]      López, Tomás / Mapa general de América ó Hemisferio Occidental. Madrid. (1772)
[3]      Cano y Olmedilla, Juan de la Cruz. / Mapa geográfico de América Meridional. Madrid. (1775 / 1799)
[4]      Cary, John   / A new map of Southamérica from the latest autorities. Londres (1807)
             / Viceroyalty of La Plata and Government of Chili. Londres. (1816)
[5]      Stanislas, Louis & De Larrochette, Arcy / Colombia Prima on South América. Londres. (1811)
[6]      Arrowsmith, Aaron & Lewis, Samuel / South América. Londres. (1812)
[7]      Malte-Brun, Conrad / Amérique Meridionale. Paris. (1812)
[8]      Chamouin, Jean Baptiste / Buenos Ayres, Chile el Patagonie. Paris. (1813)
[9]      Delamarche, Félix / Carte Générale de L´Amerique divisée en ses pricipaux états. Paris. (1819)
[10]     Fielding, Lucas Jr. / United Provinces. Baltimore. (1823)
[11]     Vandermaelen, Philipe / Partie de La Plata. Paris.(1827)
[12]     Lapie, Alexandre Emile & Lapie, M. / Carte generale de L´Amerique Meridionale. Paris. (1829)
[13]     / Carte de l'Amérique méridionale à l'usage des collèges. Imp. de H. Selves. Paris. (1832)
[14]     Thomas, Joseph / South América. Londres. (1835)
[15]     Monin, C. V. / La Plata. Etats unis de L´Amerique Meridionale. Paris (1837)
[16]     Tardieu, Ambrosse / Amérique du Sud. Paris. (1842)
[17]     Tanner, Henry Schenck  / A Map of South América. Philadelphia. (1845)
[18]     Andriveau-Goujon, J. / Carte de L´Amerique du Sud. Paris. (1848)
[19]     Barbié du Bocage, Jean Guillaume / Carte de L´Amerique Meridionale. Maison Bassett. Paris. (1850)
[20]     Kiepert, Heinrich / Süd America. (1855)
[21]     Brue, Adrien Hubert   / Carte Générale du Haut-Pérou, du Chili et de La Plata. Paris. (1857)
                                             / Carte Générale du Pérou, de la Bolivie, du Chili et de La Plata. Paris. (1857)                                     
[22]     Letts, Son & Co. / South América, Argentine Republic, Chile… Londres. (1883)
[23]     Romá, Juan / América del Sud. Barcelona. (1893)

lunes, 8 de septiembre de 2014

Del árbol del cielo a la isla de la luna.




Gran cantidad de leyendas tienen vínculos con sucesos históricos. Es la leyenda entonces una manera de explicar sucesos desde la cosmovisión inherente a un grupo humano determinado.

 Las leyendas que hablan sobre grandes cataclismos, el diluvio por ejemplo, se relatan en casi todas las comunidades del mundo confirmando el relato bíblico.



 En el caso de las etnias que habitaban el gran Chaco encontramos las que relatan el suceso que desencadenó la dispersión meteórica particularmente en Campo del Cielo en la zona que hoy comprenden las provincias de Santiago del Estero y Chaco.


                                                                                    De Celis, Rubin. (1783)



Los mocovíes creen que el mundo fue destruido en varias oportunidades, estos cataclismos serían; un devastador incendio debido a la caída del sol; una gran inundación debida a la destrucción del Árbol del Cielo y otra debida a un diluvio. De estos, y otros motivos recogidos por los cronistas solo hemos podido confirmar el del gran incendio y el del diluvio.
 Estos eventos, así como otros hitos fundacionales de la cultura humana (como la obtención del fuego), acontecen en un tiempo mítico en el que la existencia humana y animal eran intercambiables. En ese tiempo este pasaje era posible, luego ya no lo fue y la vida humana pasó a quedar claramente separada de la vida animal, perdiendo quienes quedaron como animales, el don del habla y otras habilidades humanas.” / Lehmann-Nitsche, Roberto - La atronomía de los Tobas. Revista del Museo de La Plata. (1924)


Árbol del Cielo



Hubo otro tiempo en que un gran árbol unía los diversos mundos. El de la copa, el de arriba, era el de la abundancia. Los hombres de la faz de la tierra iban allí a proveerse, subiendo y bajando por este árbol, vínculo de la vida. Mas un día no cumplieron con sus tradiciones solidarias, no entregaron lo mejor y más tierno a quienes no podían andar arriba-abajo, no dieron nada. Los ancianos se quejaron. Llegó el Gran Fuego y ardió todo. El joven Luna fue eclipsado por el jaguar celeste y sus trozos cayeron en tierra incendiándola. Algunos quedaron en el mundo de arriba cuando se quemó el Gran Árbol. Son los abuelos, Dapitchílos antepasados - estrellas, constelaciones - que cazan por el sendero de los ñanduces - La Vía Láctea -. Sólo unos pocos, honestos y respetuosos se salvaron metiéndose bajo la tierra, pero desde entonces todo hubo que conseguirlo aquí.” / Biazzi, M. y Magrassi, G - Orígenes, Argentina. Ed.Corregidor. Bs. As. (1988)



 Para los habitantes de la zona hace unos 1200 años el evento celeste, éste diluvio de fuego  generó un gran impacto también en su cultura.



Cuando la tierra estaba llena de hombres, había llegado un perro lleno de sarna y suciedad, pero con una linda cara; con una barba como de mono. Lleno de barro y de bichos, pero también con sarna, pero también con mucha sarna, lleno de sarna.

Y a ese perro no lo quería nadie. A lo mejor traía una peste ese perro.

Un hombre, avisado por su hija, que parece que sabía quien era ese perro por adentro, lo llamó. Lo cubrió con cariño con su poncho; y le dijo que se quedara en su casa nomás. Ya de noche, se durmió el hombre ese.

Esa misma noche nació del perro un hombre hermoso y bien vestido. Y le dijo al hombre bueno: - Levántate hijo; porque mañana todos esos hombres se van a quemar; ¡no dan lástima, ni poca, para no quemarlos!

¡Que es que era Dios ese perro!

- Esa gente se va a quemar - dijo - pero usted se va a hacer un pozo, y va a estar adentro con toda su familia hasta que pase el fuego. Ponga un porongo afuera, y, cuando reviente, ya es que se terminó el fuego entonces. Pero no hay que salir pronto, porque si se apura se va a salir cambiando en bicho.

Un día aguantan. Pero tres, tres días tienen que esperar; y no hay que salir en tres días.

¡Claro!, alguno no hizo caso y salió antes. Ese hombre que salió, miraba alrededor y al ratito ¡de golpe!, ¡como un viento!, salió hecho oso ese hombre... (...). Pasó el fuego. Y después llenó al mundo con los animales el mismo Dios; el mismo Dios los mandó. Ya estaban en el mundo los que antes salieron de la cueva. (...).” / Cordeu, E. / Aproximación al horizonte mítico de los Tobas. Rev. Runa Nro.XI. Bs. As. (1969).



 Este relato al que se le superpone alguna reminiscencia del cristianismo cuenta cuando el gran árbol se desmoronó sobre la tierra y arrasó con una amplia zona… más amplia quizá que la que se supone en un primer estudio.



 En cuanto a la leyenda el Padre José Guevara en su libro Historia del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán escribe lo siguiente:

Al sol conciben como mujer, y le llaman gdazoa, que significa compañera. De él fingen algunas trágicas aventuras. Una vez cayó del cielo, y enterneció tanto el corazón de un mocobi, que se esforzó en levantarlo, y lo amarro para que no volviese a caer. La misma fatalidad sucedió al cielo; pero los ingeniosos y robustos mocobis, con puntas de palos lo sublevaron y repusieron en sus ejes.

Segunda vez cayó el sol, o porque las ataduras no eran bastantemente robustas, o porque el tiempo debilitó su fortaleza. Entonces fue cuando por todas partes corrieron inundaciones de fuego, y llamas que todo lo abrazaron y consumieron, árboles, plantas, animales y hombres. Pocos mocobis, por repararse de los incendios, se abismaron en los ríos y lagunas, y se convirtieron en capiguarás y caimanes. Dos de ellos, marido y mujer, buscaron asilo en la eminencia de un altísimo árbol, desde a donde miraron correr ríos de fuego que inundaban la superficie de la tierra; pero impensadamente se arrebató para arriba una llamarada, que les chamuscó la cara y convirtió en monos, de los cuales tuvo principio la especie de estos ridículos animales.” Guevara, José - Historia del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán. (1882)



Esto nos habla de dos posibles eventos.

Según Dick Edgar Ibarra Grasso:

Vemos aquí la existencia de tres catástrofes. La primera, caída del Sol, luego cayó el cielo; después otra vez el Sol, con lo que se produjo el “incendio de la Tierra”, y en ella una pareja de mocovís se transforma en monos.” / Ibarra Grasso, Dick E. - Cosmogonía y mitología indígena americana. Ed. Kier. (1997)



Campo del cielo




 Este territorio lleva el nombre wichi de Otumpa y para los quom Pingüen Nunralta de donde viene el de Campo del Cielo.

 El fenómeno que tuvo gran repercusión en todas las etnias que habitaban la zona y despertó el interés de los primeros conquistadores españoles. Tal era el misterio y el deseo de encontrar al mayor fragmento al que llamaron el Mesón de Fierro que en 1576 Don Hernán Mejia de Miraval realiza la primera expedición en busca de los preciosos metales quienes muchos confundieron con la afamada Sierra de Plata. Luego le siguieron otras muchas como la de 1774 Bartolomé Francisco de Maguna que partió desde Santiago del Estero, la del capitán Melchor M. Costas en ese mismo año, la de Francisco de Serra y Canals en 1776 y sobre todo la de 1779 por el sargento mayor Francisco de Ibarra en la que formó parte Ángel J. Carranza del cual existe un elaborado mapa. La de 1783 a cargo de Miguel Rubín de Celis fue ordenada por el Virrey juan José Vértiz y se trató de la más numerosa y mejor equipada siendo la ultima en localizar el Mesón de Fierro que luego desapareció para siempre o por lo menos hasta que en 1936 el geofísico Juan Baigorri Velar aseguró haberlo hallado.

 No obstante el hecho de mantenerse oculto en el misterio existen cartas donde se indica la presencia y la localización aproximada.


-        Anónimo. (1783) [1]; [Trozo de Fierro]

-        Arrowsmith, A. (1806) [2]; [Plátina ó Fierro]

-        Pinkerton, J. (1812 / 18) [3]; [Hierro Mt. / Iron Mt.]

-        Arenales, J. (1832) [4]; [Meteorolithe]

-        Arrowsmith, J. (1834) [5];[Native Iron Mine]

-        Society for the Diffusion Diffusion of Useful Knowledge. (1844) [6]; [Native Iron]

-        Tanner, Henry S. (1845); [Monte de Hierro]

-         Mitchell, S. A. (1846 / 48); [Monte de Hierro]

-        Meyer, Joseph (1853); [Monte de Hierro]

-        Black, A. & Ch. (1854 / 1862) [7];[Native Iron]

-        De Moussy, V. M. (1873) [8]; [Fer. Meteórique]

-        Vander Naelen, Ph. (1866) [9]; [Meteoric Iron]

-        Jones, C. H.; Hamilton, T. H. & Williams, J. D. (1873) [10]; [Hierro Mt. / Iron Mt.]

-        De Moussy, V. M. (1873) [11]; [Fer. Meteórique]

-        Castro Boedo, E. (1875) [12]; [Fierro Meteórico]

-        Reinoso, J. (1881) [13]; [Hierro Meteórico]

-        Letts son & Co. (1883); [Campo del Cielo]

-        Carranza, A. J. (1883) [14]

-        Paz Soldán, M. F. (1888) [15]; [Fierro Meteórico]

-        Hansen, Carlos F. V. (1889); [Campo del Cielo]

-        Schrader, Vivien & St. Martin, L. (1931); [Campo del Cielo]



El geólogo norteamericano William Cassidy estudió durante 10 años los sucesos del meteorito y llegó a varias conclusiones. El tiempo aproximado del evento se calcula en aprox. 4000 años o según Cassydy a 5800 años según otras investigaciones.

 El meteorito que produjo la dispersión de Campo del Cielo son los restos de una especie de segundo satélite natural que tuvo la Tierra y que se precipitó sobre nuestro planeta y que entraron por el SO chileno depositándose en la zona en forma de trozos menores. Otra teoría nos dice que el cuerpo principal, mucho mayor, cayó entre Pirané y Comandante Fontana, en Formosa, formando el estero Patiño. En la zona del desierto de Atacama se produce una segunda dispersión.



 A la vera del Pilcomayo – Río rojizo o Río del Pillcu (especie de ave) – se extiende el estero Patiño que divide el nomenclador del río en Alto y Bajo Pilcomayo. Descubierto por los padres Gabriel Patiño y Antonio Montijo, que intentaron la navegación del río Pilcomayo en 1721, pero no pudieron avanzar más allá del estero. Es una extensa planicie poblada de totoras, con grandes lagunas y abundantes cauces abandonados.



Impactos




“Existen evidencias de que América del Sur fue impactada en forma múltiple por distintos cuerpos desprendidos de un mismo meteoroide (Cassidy et al., 1965). El Dr. Truman Kohman sugiere que un meteoroide padre entró a la atmósfera terrestre en una órbita muy llana y se fragmentó a gran altura en uno o más desmembramientos violentos. Un meteoroide que se acercase con dirección N60ºE a Campo del Cielo en una órbita aproximadamente de 40° de inclinación, reentraría en su próxima revolución más al norte. Una línea N60°E trazada a través de un punto situado 22° al oeste de Campo del Cielo, pasa por el campo de dispersión meteórico continental de la lluvia de Chile Septentrional (el cual podría yacer en su mayor parte en el Océano Pacífico frente a la costa chilena) (Cassidy et al., 1965). Otra posibilidad, que nosotros creemos más acertada, es que se trate de un impacto que podríamos denominar tipo Shoemaker-Levy 9 (haciendo referencia a la inmersión de dicho cometa en el planeta Júpiter) (Tancredi, 1999) En cualquiera de los dos casos este impacto habría ocasionado, entre otras, la dispersión meteórica de Campo del Cielo. Ésta se caracteriza por la sorprendente concentración de grandes meteoritos metálicos y la disposición de los cráteres de impacto: éstos están perfectamente alineados a lo largo de una recta cuya dirección es N60°E; la longitud de esa configuración es una de las más grandes observadas en la superficie terrestre…” Giménez Benítez S. R.,  López A. M. & Mammana L. A. – Meteoritos de Campo del Cielo: Impacto en la cultura aborigen.



Ahora bien, teniendo en cuenta la amplitud de fechas propuestas referentes al impacto y las leyendas que hablan de dos sucesos es quizá posible que haya habido dos incursiones.

 El que se indica con una dirección N60ºE se trataría del segundo impacto de importancia. Otro impacto anterior puede haber tenido diferente trayectoria y este coincidiría con la suposición de que uno de los fragmentos mas grandes haya provocado el estero Patiño.

 Desconozco si existen investigaciones profundas al respecto pero lo que si se sabe es que se sabe poco y se siguen encontrando nuevos fragmentos grandes en la actualidad.



Estero del Iberá




 Ocupando gran parte del noroeste y centro de la Provincia de Corrientes el Iberá es un depósito de agua cuya salida natural es el Río Corrientes que a su vez vuelca su caudal en el Paraná. Su extensión de 12.300 Km2 y con una profundidad que no supera los 3 metros esta compuesta por bañados, esteros, lagunas, embalsados y cursos de origen pluvial. De su variada vegetación compuesta por 1.500 especies se destacan las plantas flotantes que generan los embalsados o islas.

 Las lagunas que contiene son Iberá, Fernández, Luna, Galarza, entre otras.



 Poblada desde antiguo por los Tupí-Guaraní que se establecieron en el centro de América del Sur y hace unos 2000 años comenzaron un movimiento migratorio hacia el sud buscando el edén de la llamada Tierra sin Mal.  

 En lo que hoy es Territorio Argentino algunos grupos se establecieron en las zonas del Gran Chaco y Salta denominados Tapieté-guaraní mientras que los Mbya-guaraní en el Litoral.



 La voz I-Berá significa “Agua brillante” o “Lugar que resplandece o brilla” y se deduce que puede referirse a la imagen que refleja la Luna en el agua de los esteros.

 A su vez existen multitudes de leyendas guaraníes vinculadas a este espacio y sobre todo muchas de ellas animistas como la inquietante presencia del Yasí-Yateré (fragmento de luna) que es un ser bajo, de pelo rubio o plateado, que generalmente porta un sombrero y un bastón. Se lo acusa de robar niños a los que cautiva con su silbido o con su bastón.



Volviendo a los esteros se considera que la formación de los mismos se debe al retroceso de las aguas del gran Mar Paranaénse o Mar de Bravard que a partir del Mioceno (hace unos 15 millones de años) ocupó la mayor parte de las tierras de la Mesopotamia además de Santa Fe, Chaco y Buenos Aires. Hace 5 millones de años las aguas del gran mar comenzaron su retroceso.



Yaciretá


Jourdan E. C. (1838-1900)


 La isla Yaciretá o Patria de la Luna en idioma guaraní está ubicada en el Río Paraná, en el extremo Norte de los esteros del Iberá.

 En un artículo firmado por Ricardo Mello Vargas dice lo siguiente:

 “(…) la palabra Yacyretá o Iasyreta separada en raíces simples se traduciría como Iasy; Luna y Reta; Patria con lo que se conformaría el significado: Patria de la Luna. Continuando se puede producir una segunda separación en Iasyre; Ex Luna y Ta; Dureza o rojo, o sea: Rojo o dureza de la ex Luna. 



 El autor sigue diciendo: “Llama la atención que el sitio exacto en que se encuentra esta isla coincida con la posición geográfica de Campo del Cielo (Zumampa) en Santiago del Estero y con otro lugar del desierto de Atacama (Chile) en donde existen aerolitos. De Campo del Cielo han sido extraídas muestras distintas muestras de objetos errantes extraterrestres por la comisión argentino-norteamericana dirigida por el Dr.[William] Cassidy (...). Esta coincidencia concurre a avalar nuestra hipótesis, en cuanto a que la denominación de la isla Iasyreta, está indicando que en tal lugar cayó un fragmento de una “luna” o en todo caso un “cuerpo celeste”, ya que el nombre que los indios daban a la Luna (Iasy) bien podía que sólo quisiera expresarse la designación genérica de “cuerpo celeste” o “sideral”. (...).”



Este cuerpo meteórico habría impactado desviando el curso primitivo del río Paraná el que hasta entonces “corría por el cauce que forma la actual laguna Yverá. (...) Un poco más abajo de la isla Iasyreta se encuentra otra de nombre Apipé, cuyo nombre en guaraní significa: Api = Impacto y Pe = rotura, es decir, “Rotura por impacto”.”



Todo esto sugiere que el mayor fragmento del meteorito del Chaco puede haber ingresado en esa zona del Río Paraná generando por un lado los esteros y por el otro la isla de Yasiretá.



Cabe agregar que el investigador Oscar Orfeo sostiene que; “Los estudios que abordan el análisis de la diversidad biológica del Iberá identifican la presencia de organismos claramente asociados al río Paraná, algo que debe ser explicado teniendo en cuenta el presente aislamiento geográfico entre ambos.”



 Sin entrar en especulaciones fuera de las posibilidades que nos brinda la leyenda tenemos además Florencio de Basaldúa comenta:  

Cerca está la isla de Yaziretá, donde se han encontrado urnas funerarias, antiquísimas armas, y restos de construcciones; parece haber servido en el pasado de centro religioso del país circunvecino. Su significado guaraní de Isla de la Luna, basado en que Yazig es el nombre de ese astro, nos sugiere la idea de su igualdad con illa, que también significa luna en eskera; pues es sabido que los guaraníes no pronuncian la ll sino con el sonido de la y, puesto que de caballo, por ejemplo, han hecho cabayó, como pronuncian los andaluces y el bajo pueblo argentino; cayc por calle, balaya por batalla, cavarse por callarse, etc.

Si escribiéramos illa-esi-e releí, significaría en baskuence, terreno cercado lunar, sin alterarse el fonetismo guaraní y conservando su significación indígena. Recordemos de paso que killa significa, en kichúa, luna, matar, y fierro, porque en honor de la luna illa, sacrificaban víctimas humanas. Tiene gran importancia killa = fierro, porque prueba el uso de este metal en el Pirú, siglos antes de la conquista. En eskera, illa significa también luna, y muerte.” / De Basaldúa F. - Pasado, presente y porvenir del Territorio Nacional de Misiones. (1901)



[...] “La estensísima y encantada laguna Iberá, que del Norte al Sud atraviesa casi toda la provincia de Corrientes, ocupa el lugar que en otras partes ocuparon sierras ó montañas. Los fuegos que en ella se divisan en lontananza y supersticiosamente han asustado á los hombres que no animaron á cruzarla con las mejores embarcaciones, corroboran mi aserción y hace suponer que el terreno sufrió una depresión considerable en el lugar que ocupa. Los tres cerros inmediatos al pueblo de la Cruz, el cerro de Jarado y varios otros, donde á veces se oyen retumbar sonidos profundos y continuados, cuya forma cónica, como la del cerro Butucarahy, es precisamente la forma que afectan las partes sacudidas del suelo por las exhalaciones y el fuerte desenvolvimiento de los gases subterráneos, deben probablemente su aparición á corrientes eléctricas y á los fuegos interiores.Peyret, Alejo - Cartas sobre Misiones. (1881)




Lugares



Campo del Cielo


Dónde          Provincia de Chaco / Gancedo.


Existe una llanura llamada antiguamente Otumba al Este del Chaco, abarcando gran parte de la provincia de Santiago del Estero. Esta llanura es una verdadera estepa una travesía sin agua y sin bosques de modo que ofrece peligro a los que lo atraviesan a caballo por la sed que puede devorarlos en el suelo. En esta estepa ha caído un aerolito de enorme dimensión que fué descubierto en 1774 por un comerciante de nombre Laguna que acostumbraba a hacer viajes del Santiago del Estero a Corrientes atravesando esa llanura. Con motivo de este aerolito que fue dado a estudiar a muchos hombres de ciencia se le puso el nombre de Campo del Cielo y es el nombre con el cual se lo conoce hasta nuestros días.”  / Rojas Acosta, Nicolás. – Encuesta Nacional de Folklore. (1921)


Campo del Cielo, también llamado en lengua toba Piguen nonraltá, se encuentra en el sudoeste chaqueño, en el paraje Las Víboras, a 15 Km. al sur de la localidad de Gancedo, justo en el límite con la provincia de Santiago del Estero.

Es un campo de 15 Km. de largo por 3 Km. de ancho, cuyo nombre alude a una lluvia de meteoritos que recibió y que dejó su huella en profundos cráteres con gran cantidad de meteoritos esparcidos por la zona.

La zona está emplazada a 40 Km. al sur de la Ruta Nacional 89; a 170 Km. de Roque Sáenz Peña y a 350 Km. de la capital Resistencia.


Cómo        Desde Resistencia por la RN11 hasta Los Palmares y RN89 hasta Gancedo.


Esteros del Iberá



Dónde       Provincia de Corrientes / Esteros del Iberá.

Cómo        Desde Corrientes por la RN12 hacia el S y luego seguir por la RP118 internadose en los Esteros del Iberá.


Yaciretá


Dónde       Provincia de Corrientes / Yaciretá / Isla Apipé Grande. 
Cómo        Desde Corrientes por la RN12 hasta Ituzaingó. Apipé Grande.











[1]      Anónimo / Reinando Carlos Tercero, y siendo Ministro de las Indias (1783)

[2]      Arrowsmith, Aron / A map of part of the Viceroyalty of Buenos Aires.. Londres. (1806)

[3]      Pinkerton, John / La Plata. Londres. (1812 / 1818)

[4]      Arenales, J. / Carta de la sección austral del Gran ChacoBs. As. (1832)

[5]      Arrowsmith, John / This map of the United Provinces of  La Plata, Banda Oriental & Chile. Londres. (1843)

[6]      Society for the Diffusion Diffusion of Useful Knowledge. / South America. La Plata & Chile. Londres. (1844)

[7]      Black, Adam & Charles / Chili, la Plata or the Argentine Republic & Bolivia. Edinburgo. (1854 / 1862)

[8]      De Moussy, Victor Martín / Atlas de la Confederation Argentine. Paris. (1873). 

[9]      Vander Naelen, Phillip / Carte de la confédération argentine... Bruselas. (1866)

[10]     Jones, C. H.; Hamilton, T. H. & Williams, J. David / Southern States of South America. New York. (1873)

[11]     De Moussy, Victor Martín / Atlas de la Confederation Argentine. Paris. (1873). 

[12]     Castro Boedo, Emilio / Carta del Gran Chaco Gualamba. Bs. As. (1875)

[13]     Reinoso, José / República Argentina. Madrid. (1881)

[14]     Carranza, Angel Justiniano / Mapa de la región Oriental del Chaco Argentino. Bs. As. (1883)


[15]     Paz Soldán, Mariano Felipe / Atlas geográfico de la República Argentina. Ed. Félix Lajouane. Bs. As. (1888).